José Antonio Anzoátegui
El 14 de noviembre de 1789 nace en la ciudad de Barcelona
El 14 de noviembre de 1789 nace en la
ciudad de Barcelona, al oriente de Venezuela, José Antonio Anzoátegui,
el héroe de Boyacá y uno de los más importantes oficiales del Ejercito
Venezolano en la guerra de la independencia y Jefe de la Guardia de
Honor de Simón Bolívar.
Anzoátegui, fue el más joven de los
próceres de la gesta independentista, vivió solo treinta años y llego a
alcanzar el máximo rango de general de división.
Se incorporó a la lucha por la
independencia en 1810. Dos años más tarde formó parte de la Campaña de
Guayana, al mando del general Francisco González Moreno. En 1813 fue
nombrado capitán, y participó en las batalles de Araure (1813) y en la
primera de Carabobo (1814). En 1816 fue ascendido a teniente coronel y
Bolívar lo nombró jefe de su Guardia de Honor.
Al año siguiente, bajo las órdenes del
general Manuel Carlos Piar, actuó valerosamente en la batalla de San
Félix (11 de abril de 1817), lo que le hizo merecedor del ascenso a
general de brigada. Tras su brillante participación en la batalla de
Boyacá (7 de agosto de 1819), obtuvo el grado de general de división.
Culminaba así, con sólo treinta años, una brillantísima trayectoria como
soldado y estratega, jalonada de acciones heroicas como su actuación en
Boyacá, donde, siguiendo órdenes de Bolívar, se lanzó con arrojo contra
el grueso de las tropas realistas.
Bolívar le encomendó entonces hacerse
cargo del Ejército del Norte, el cual debía tomar Maracaibo, pero
Anzoátegui enfermó y murió en extrañas circunstancias el 15 de noviembre
de 1819 en Pamplona, Colombia, antes de que la misión partiera. Mucho
se ha hablado y especulado sobre la muerte de José Antonio Anzoátegui,
algunas versiones sostienen que este murió envenenado, y otras afirman
que fue mandado a envenenar por Francisco de Paula Santander, quien
adversaba a Anzoátegui por ser la mano derecha del Libertador Simón
Bolívar.
Los restos de este prócer de la Patria
Gran Colombiana fueron enterrados en la iglesia de Pamplona (Colombia),
que se destruyó tras el terremoto del 18 de mayo de 1875. Algunos
historiadores como Maximiliam Kopp, relatan que sus restos fueron
trasladados a una fosa común de la que se desconoce su ubicación exacta.
Al conocer su muerte, el Libertador
afirmó “Habría preferido la pérdida de dos batallas a la muerte de
Anzoátegui. ¡Qué soldado a perdido el ejército y qué hombre la
república!”.
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