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3/21/2019

DIA INTERNACIONAL DE LA POESIA 21 DE MARZO

La poesía es un género relacionado con el arte, con la belleza y los sentimientos. Se reconocen las dotes y el talento de los escritores de poesía por las sutiles elecciones de palabras, de metáforas, y de rimas que brindan musicalidad a sus obras. Las más populares tocan temáticas relacionadas con el amor y el romance, la batalla y el heroísmo, y las tradiciones de un pueblo.

La poesía es un género literario, una forma de escritura creativa donde las oraciones son llamadas versos y los grupos de versos son llamados estrofas. Se caracteriza por expresar ideas, sentimientos e historias de un modo estético y bello.

La palabra poesía proviene del latín poēsis, y esta a su vez del griego ποίησις (poíesis), que significa ‘hacer’, ‘materializar’.

Antiguamente, la poesía se escribía únicamente en versos, rigiéndose por un conjunto de normas sobre la composición denominada métrica.

Sin embargo, la poesía moderna se caracteriza por el predominio del verso libre, donde el autor tiene libertad total para disponer y organizar los versos en el texto, y buscar su propio ritmo, sin ataduras de rimas o métricas.

El día de la poesía

La poesía es una manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la innovación. La poesía contribuye a la diversidad creativa al cuestionar de manera siempre renovada la forma en que usamos las palabras y las cosas, y nuestros modos de percibir e interpretar la realidad. Merced a sus asociaciones y metáforas y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye, pues, otra faceta posible del diálogo entre las culturas.

La decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía fue aprobada por la UNESCO durante su 30º periodo de sesiones, que se celebró en París en 1999.

De acuerdo con la decisión de la UNESCO, el principal objetivo de esta acción es apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades respectivas.

Por otra parte, este Día tiene como propósito promover la enseñanza de la poesía; fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos; apoyar a las pequeñas editoriales; crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación para que no se considere una forma anticuada de arte, sino una vía de expresión que permite a las comunidades transmitir sus valores y fueros más internos y reafirmarse en su identidad; y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás manifestaciones artísticas, como el teatro, la danza, la música y la pintura.

A pesar de que la poesía venezolana tardó mucho en alcanzar la modernidad, un poeta que debe ser leído y valorado como el único gran poeta modernista que tuvo Venezuela, es Alfredo Arvelo Larriva, virtuoso de la rima y del soneto. Otros poetas dignos de ser recordados son Andrés Mata, Sergio Medina, Ismael Urdaneta y Andrés Eloy Blanco, el poeta más popular de Venezuela, situado entre lo tradicional y la vanguardia.

Vale mencionar también a Fernando Paz Castillo, a Luis Barrios Cruz, a Jacinto Fombona Pachano, a Rodolfo Moleiro, a Enrique Planchart, a Luisa del Valle Silva, a Enriqueta Arvelo Larriva, a Héctor Cuenca, a Julio Morales Lara y a Luis Enrique Mármol. Mención aparte merece José Antonio Ramos Sucre, maestro del poema en prosa, erudito, simbólico y misterioso.


2/27/2019

Sistema patria




Para ampliar la visión de las necesidades del pueblo y seguir mejorando los sistemas de atención, el Gobierno Bolivariano creó www.patria.org.ve, el sitio web donde todos los venezolanos que posean Carnet de la Patria pueden registrarse y recibir los beneficios de los planes sociales de la Revolución.

 Una vez registrados, las usuarias y usuarios podrán acceder utilizando su número de cédula y una contraseña que previamente crearon.

Funciones básicas

El sistema cuenta con cuatro opciones principales:

Perfil, CLAP, Protección Social y Monedero. Sin embargo, se recomienda ingresar por lo menos una vez a la semana, pues constantemente la plataforma se está actualizando para prestar un mejor servicio. Perfil: Se puede encontrar la información personal del usuario registrada en el Carnet de la Patria. También se pueden actualizar datos como: número de teléfono, correo electrónico, redes sociales y miembros del núcleo familiar.

CLAP: En esta opción, se encuentra encuestas mensuales sobre el Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP).

Hogares: Esta opción, es una de las más recientes y en ella se visualiza el grupo familiar del ciudadano y deberás llenar una declaración jurada sobre la veracidad de los nexos familiares.

¿Qué hacer si se recibe un bono? El botón Protección Social almacena las notificaciones que te indicarán si se es beneficiario de un bono, para recibirlo sólo se tiene que seleccionar “Aceptar” e irse a la opción de Monedero.

Una vez ahí, se registra la cuenta bancaria del usuario, y se elige la opción Retirar Fondos, donde se selecciona la cuenta bancaria y se acepta.

La pagina también cuenta con una opción de “transferir a un familiar”, que permite traspasar los fondos a un familiar previamente registrado.

¿Como hacer si se olvida la contraseña de acceso? Existe una opción en el pie de pagina, especial para estos casos. El usuario sólo tendrá que seleccionar “¿olvidó su contraseña?” y seguir las instrucciones.

El sistema solicita el número de cédula y de teléfono celular, posteriormente te enviará un mensaje de texto con un código de 6 dígitos, al ingresarlo correctamente podrá escribir una nueva clave.

Actualmente la pagina se encuentra en constantes mejoras para brindar mayor comodidad a los usuarios y atender sus necesidades de una manera más directa.

Leer más en: http://www.conatel.gob.ve/conoce-que-puedes-hacer-en-la-web-patria-org-ve/

Cada Infocentro de Venezuela trabajo junto con el pueblo para que la apropiación de esta herramienta propuesta por el Gobierno Bolivariano sea de todo el pueblo totalmente gratis. Visitanos y revisa sin algún costo alguno tu cuenta patria, para cambiar contraseña, revisar tus bonos, o para cualquier cosa que necesites en esta gran herramienta...


2/14/2019

Batalla de la VIctoria 12 de febrero



La batalla de La Victoria (edo. Aragua) fue un conflicto bélico ocurrido durante la Guerra de Independencia que enfrentó a José Félix Ribas y a Vicente Campo Elías, por el bando republicano, contra José Tomás Boves al mando de los realistas. Después de horas de intenso conflicto la batalla se decantó a favor de los republicanos, obteniendo Ribas uno de los triunfos más famosos del periodo de la Independencia por el arrojo con el que lideró a la tropa, la cual estuvo conformada principalmente por jóvenes inexpertos, la mayoría seminaristas y estudiantes de la Universidad de Caracas.

Antecedentes y confrontación


La ciudad de La Victoria era considerada estratégica por parte de Boves para poder desde allí emprender maniobras ofensivas sobre la ciudad de Caracas. De esta manera con aproximadamente 2.500 soldados a su disposición planeó tomarla, lo que ocasionaría que las comunicaciones entre Valencia y Caracas quedaran interrumpidas. Ante esta situación Ribas, que ejercía el cargo de Gobernador militar de Caracas para el momento, decidió organizar un ejército para hacerle frente a la amenaza realista; no obstante ante la escasez de tropa experimentada debió recurrir a jóvenes sin instrucción militar provenientes de la Universidad de Caracas y seminaristas del Seminario Santa Rosa de Lima. Logrado esto emprendió camino hacia La Victoria.

La batalla inició el día 12 de febrero de 1814 aproximadamente a las 7 de la mañana y duró gran parte del día sin que hubiera un resultado definitivo. Las fuerzas republicanas construyeron una formidable resistencia a la ofensiva realista, sacrificándose en el proceso a muchos soldados jóvenes. Fue durante esta contienda que Ribas animó a sus tropas con su famosa proclama, “en esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República”! En horas de la tarde, y cuando la ofensiva enemiga se intensificaba, las tropas de Ribas fueron reforzadas por un contingente de 220 soldados de caballería liderados por Vicente Campo Elías provenientes de San Mateo. Esta acción fue decisiva para que las fuerzas patriotas combinadas rechazaran el intento realista y triunfaran en la batalla. Al tener Bolívar noticias del suceso le concedió a Ribas el título de “Vencedor de los Tiranos”. De esta manera se logró preservar la vida de la Segunda República.

Día de la Juventud


En conmemoración a este evento histórico, la Asamblea Constituyente de 1947 decidió decretar el 12 de febrero como Día de la Juventud en honor a los jóvenes que ofrendaron su vida por la Independencia del país.



11/30/2018

Andres Bello


Andrés Bello

          (Caracas, 1781 - Santiago de Chile, 1865) Filólogo, escritor, jurista y pedagogo venezolano, una de las figuras más importantes del humanismo liberal hispanoamericano. Andrés Bello tuvo el inmenso privilegio de asistir, en sus 84 años de vida, a la desaparición de un mundo y al nacimiento y consolidación de uno nuevo. Conoció las tres últimas décadas de dominación española de América, y sucesivamente el período de emancipación de las colonias españolas en el nuevo continente y la gestación de los nuevos estados nacidos del proceso de Independencia. Que fuera un privilegio lo que no deja de ser una mera coincidencia cronológica se debió a su extraordinaria capacidad para comprender y estudiar desde dentro y para impulsar efectivamente los resortes de la realidad que le tocó vivir.


          Gran humanista liberal en la mejor tradición inglesa, ya que en el Reino Unido le tocó formarse filosófica y políticamente, Andrés Bello tuvo el talento de saber trasladar a la esfera práctica su gran erudición en terrenos tan diversos como la filología, la lingüística y la gramática, la pedagogía, la edición, la diplomacia y el derecho internacional. Por añadidura, aportó a las letras hispanoamericanas, en poemas nutridos de lecturas de los clásicos latinos, una incipiente conciencia autóctona. En su vasta erudición, en su talante político y en su sensibilidad literaria se refleja el ideal del clasicismo europeo, perfectamente aunado a la moderna sensibilidad nacional y patriótica de su tiempo.


           Andrés Bello nació en Caracas, a la sazón sede de la Capitanía General de Venezuela, el 29 de noviembre de 1781. En su ciudad natal residió hasta los 29 años de edad. Sus padres, Bartolomé Bello y Ana Antonia López, no hicieron nada por impedir la voraz pasión por las letras que manifestó desde su niñez. Después de cursar sus primeros estudios en la Academia de Ramón Vanlosten, pudo familiarizarse con el latín en el convento de Las Mercedes, guiado por la amable erudición del padre Cristóbal de Quesada, que le abrió las puertas de los grandes textos latinos.

          A los quince años, Bello ya traducía el Libro V de la Eneida de Virgilio. Cuatro años después, el 14 de junio de 1800, se recibía de bachiller en artes por la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Y fue en aquel año de 1800 cuando se produjo su primer encuentro con un gran hombre, que abrió ya definitivamente los diques de su curiosidad e interés por la ciencia: Alexander von Humboldt, a quien acompañó en su ascensión a la cima del Pico Oriental de la Silla de Caracas, que entonces se conocía como Silla del cerro de El Ávila.

      Bello inició entonces los estudios universitarios de derecho y de medicina. De familia modestamente acomodada, él mismo costeó en parte sus estudios dando clases particulares; junto a otros jóvenes caraqueños, figuró entre sus alumnos el futuro Libertador: Simón Bolívar. Además de estas actividades, a las que sumaba el estudio del francés y el inglés, Bello se sentía atraído sobre todo por las letras, y comenzó a escribir composiciones poéticas y a frecuentar la tertulia literaria de Francisco Javier Ustáriz.

         Sus primeros pasos literarios siguieron las huellas del neoclasicismo entonces imperante, y le valieron, en la sociedad caraqueña ilustrada, el apodo de El Cisne del Anauco. Además de traducciones de obras latinas y francesas, compuso en estos primeros años de desempeño literario las odas Al Anauco, A la vacuna, A la nave y A la victoria de Bailén, los sonetos A una artista y Mis deseos, la égloga Tirsis habitador del Tajo umbrío y el romance A un samán, así como los dramas Venezuela consolada y España restaurada.

       A los veintiún años recibió su primer cargo público: oficial segundo de la secretaría de la Capitanía General de Venezuela, del que fue ascendido en 1807 a comisario de guerra y secretario civil de la Junta de la Vacuna, y en 1810 a oficial primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En 1806 había llegado a Venezuela la primera imprenta, traída por Mateo Gallagher y James Lamb, muy tardíamente por cierto, si se piensa que la primera instalación de una imprenta en América se remonta a 1539, en la capital de Nueva España, México. En 1808 comenzó a publicarse la Gaceta de Caracas, y Andrés Bello fue designado su primer redactor.

En estos años de intensa actividad oficial comenzó a gestarse su gusto por la historia, la historiografía y la gramática, que quedó tempranamente plasmado en su Resumen de la historia de Venezuela, extraordinario primer brote en el que ya están presentes los principios humanistas rectores de su obra futura; en su traducción del Arte de escribir de Condillac, impresa sin su anuencia en 1824; y sobre todo en uno de sus fundadores estudios gramaticales: el Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana, obra que comenzó a escribir hacia 1810 y que se publicaría en Chile en 1841.


       El momento decisivo en la vida y carrera intelectual de Andrés Bello fue la decisión de la Junta Patriótica, a raíz de los acontecimientos del 19 de abril de 1810, de enviar a Londres una misión diplomática con la encomienda de lograr la adhesión del gobierno inglés a la causa de la reciente y frágil declaración de independencia venezolana. El 10 de junio de ese año zarparon en la corbeta inglesa del general Wellington los miembros de la misión designados por la Junta, Simón Bolívar y Luis López Méndez, a quienes escoltaba Andrés Bello en calidad de traductor.

       Bello ignoraba que ese viaje que entonces iniciaba lo alejaría para siempre de su ciudad natal, y que la ciudad a la que se dirigía, Londres, sería su residencia permanente durante los próximos diecinueve años. El primer acontecimiento importante de su nueva vida londinense se cifró también en el encuentro con un gran hombre: Francisco de Miranda. Llegados a la capital inglesa el 14 de julio, los tres integrantes de la misión recibieron alojamiento, consejos y ayuda de parte de Miranda, quien a su vez decidió sumarse al proceso independentista viajando a Caracas.
   
         El 10 de octubre, fecha de su salida de Londres, Miranda dejó instalados en su casa de Grafton Street a López Méndez y a Andrés Bello, quien residiría allí hasta 1812. Bello tuvo acceso a la espléndida biblioteca del prócer, que ocupaba todo un piso. Cuando el 5 de julio de 1811 se declaró la Independencia de Venezuela, ambos fueron designados representantes del nuevo gobierno secesionista en la capital inglesa, cargo que perdieron al reconquistar los españoles el poder un año después.


Andrés Bello

        Comenzó entonces para Bello, quien no pudo regresar a Venezuela so pena de ser procesado ante un tribunal militar por traición, un largo período de penurias económicas, que se prolongó durante una década. Tuvo mala suerte en las gestiones que inició para lograr un cargo y un sueldo. Así, en 1815, su solicitud de un puesto al gobierno de Cundinamarca fue interceptada por las tropas de Pablo Morillo y nunca llegó a su destino, y su posterior ofrecimiento de servicios al gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a pesar de ser aceptada, nunca tuvo efecto, ya que se vio incapacitado para trasladarse a Buenos Aires.

     Mientras tanto, fue viviendo de trabajos a destajo: dio clases particulares de francés y español, transcribió los manuscritos de Jeremy Bentham y se desempeñó como institutor de los hijos de William Richard Hamilton, subsecretario de Relaciones Exteriores, puesto que logró gracias a su amistad con José María Blanco White, el gran intelectual sevillano exiliado en el Reino Unido y simpatizante con la causa independentista americana.

     Pero éste fue también un período formativo de gran riqueza intelectual para Bello. Se vinculó activamente al círculo de los emigrados españoles, todos liberales y algunos de ellos, como Blanco White, grandes escritores, que hicieron de Londres su refugio durante las dos oleadas absolutistas en España. Por otra parte, en ningún momento dejó Andrés Bello de estudiar y acumular conocimientos. De su numerosa producción ensayística de estos años, se destacan precisamente sus trabajos filológicos, escritos o concebidos e iniciados en Londres, algunos de los cuales adquirirán con el tiempo la condición de clásicos.

     Bello compaginó sus investigaciones científicas y críticas, en estos años de estrecheces económicas, con las actividades literarias. Lo mejor de su producción en este campo se cifra en sus composiciones poéticas, sobre todo en sus dos grandes silvas: la Alocución a la poesía, que dio a la imprenta en 1823, y la célebre La agricultura de la zona tórrida, publicada en 1826. Dentro de un molde neoclásico impecable, Bello vertió en ellas, por primera vez en la historia de las letras, grandes temas americanos, desde la exaltación de la gesta independentista hasta el canto a la feracidad de la naturaleza del continente.

     Otra faceta notable de la formación que Bello se dio a sí mismo en estos años es la relacionada con el derecho internacional. A los conocimientos que había acumulado como funcionario de la Corona española, pudo agregar en estos años de intenso estudio un conocimiento a fondo de los cambios y desarrollos que se habían ido produciendo en esta área a raíz de las guerras napoleónicas, la Independencia de América y el Congreso de Viena. Bello adoptó la concepción liberal del Estado, propia de los utilitaristas ingleses, cuyo principal teórico, Jeremy Bentham, se convirtió en la fuente de su pensamiento político e institucional.

        No menos importante fue el cuarto frente hacia el que Bello dirigió sus estudios y actividades. La ejemplar labor de publicista llevada a cabo por Blanco White en la capital inglesa durante aquellos años sin duda le sirvió de modelo, y después de colaborar en El Censor Americano con artículos en defensa de la causa independentista, participó activamente, junto con Juan García del Río, en la edición de las revistas Biblioteca Americana (1823) y Repertorio Americano (1826-1827), en el marco de las actividades de la Sociedad de Americanos de Londres, que contribuyó a fundar.

       En la esfera de su vida privada, también los años de Londres significaron para Andrés Bello la asunción de su plena madurez. En mayo de 1814 contrajo matrimonio con Mary Ann Boyland, de veinte años, con quien tuvo tres hijos y de quien enviudó en 1821. Tres años después de este luctuoso acontecimiento, se casó en segundas nupcias con Elizabeth Antonia Dunn, también de veinte años, quien le acompañó hasta el final de sus días y le dio nada menos que doce hijos, tres de ellos nacidos en la capital inglesa.
 
       Dos años antes de contraer su segundo matrimonio pudo Bello, por fin, volver a desempeñarse en un cargo de responsabilidad oficial, al ser nombrado secretario interino de la legación de Chile en Londres, a cargo de Antonio José de Irisarri. Junto con Irisarri había colaborado con El Censor Americano en 1820, y se había fraguado entre ambos una amistad basada en el mutuo respeto intelectual.

    A partir de ese momento Andrés Bello lograría destacados reconocimientos a su labor y nombramientos a cargos de relieve e importancia política: un año antes de ser elegido miembro de número de la Academia Nacional de Bogotá, en 1826, se había encargado de la secretaría de la legación de Colombia en Londres, en la que apenas dos años después ascendió a encargado de negocios, y en 1828 recibió el nombramiento de cónsul general de Colombia en París, poco antes de recibir el encargo, por parte del gobierno colombiano, de la máxima representación diplomática de ese país ante la corte de Portugal. Pero prefirió marchar a Chile con su familia.

       Andrés Bello partió de Londres el 14 de febrero de 1829, a bordo del bergantín inglés Grecian, y holló suelo de la que iba a convertirse en su definitiva patria en Valparaíso, el 25 de junio. Salvo breves estancias en este puerto y en la hacienda de los Carrera, en San Miguel del Monte, vivió hasta su muerte en la capital chilena, Santiago. El desempeño de Bello en este país traza el arco ascendente de una de las carreras públicas e institucionales más brillantes que pudiera concebir un americano de su tiempo.

      Inmediatamente, al llegar fue nombrado oficial mayor del ministerio de Hacienda. Al año siguiente inició la publicación de El Araucano, órgano del que fue redactor hasta 1853, y se encargó como rector del Colegio de Santiago. Pero la pasión pedagógica de Bello, iniciada en su adolescencia caraqueña, lo llevó a dar clases privadas, en su propio domicilio, a partir de 1831. Han llegado hasta nosotros los textos de sus cursos, dedicados al estudio del derecho romano y a la ordenación constitucional. Bello siempre estuvo convencido de que la instrucción y el cultivo espiritual son la base del bienestar del individuo y del progreso de la sociedad, razón por la cual nunca dejó de fomentar el estudio de las letras y de las ciencias; propuso la apertura de Escuelas Normales de Preceptores y la creación de Cursos Dominicales para los trabajadores.

      También dio un fuerte impulso al teatro chileno con sus comentarios críticos a las representaciones y sus sugerencias a los actores en El Araucano. En este sentido, comparte con José Joaquín de Mora el mérito de ser el creador de la crítica teatral. Tradujo el drama Teresa, de Alejandro Dumas, e inculcó en sus discípulos el gusto por la adaptación de obras extranjeras. Su conocimiento del teatro griego y el latino, el análisis de las obras de Plauto y Terencio y la lectura de Lope de Vega y Calderón de la Barca le dieron la solidez suficiente para opinar sobre el asunto.

     Otro nombramiento, el de miembro de la Junta de Educación, precede su admisión por el Congreso chileno a la plena ciudadanía, el 15 de octubre de 1832. Dos años después se desempeñaba como oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores, función que asumió hasta 1852, y en 1837 era elegido senador de la República, cargo que conservó hasta su muerte. En los últimos años de su vida, sus vastos conocimientos en materia de relaciones internacionales le valieron ser elegido para arbitrar los diferendos entre Ecuador y Estados Unidos (1864) y entre Colombia y Perú (1865), honor este último que se vio obligado a declinar por motivos de salud, hallándose ya gravemente enfermo.


      El generoso reconocimiento que los chilenos le tributaron a Bello durante los treinta y seis últimos años de su vida lo colmó de satisfacciones. Pero entre todas ellas, cabe suponer que no las que pudieran derivar del poder político, sino otras, fueran las más estimadas para un hombre animado por un proyecto civilizador como el suyo, que puede resumirse en las palabras que utilizó Arturo Uslar Pietri para aquilatarlo: "Un empeño tenaz de reunir ciencia y conocimiento para decirle a los pueblos hispanoamericanos de dónde venían, con cuáles recursos contaban y el panorama del mundo en que les tocaba afirmarse y actuar".

      A diferencia de tantos de sus más ilustres contemporáneos americanos, Andrés Bello no fue un hombre que ambicionara acumular honores y poder, y en cambio veía en el avance de la educación y las luces de las jóvenes repúblicas americanas, así como en la consolidación de las instituciones reguladoras de su recién conquistada libertad, el mejor servicio que podía rendirle a América. También Uslar Pietri lo dijo a su manera: "En su bufete de Chile, en su cátedra, en su poesía, en su prosa, en su palabra, estaba haciendo una América, una Venezuela, un Chile, un México más perdurables y grandes que los demagogos y los guerrilleros pretendían alcanzar en la dolorosa algarabía de sus revueltas y asaltos".

     Por eso la hora que vivió como la coronación de los largos años de esfuerzos de su exilio londinense fue la que le trajo la inauguración de la Universidad de Chile, en 1843, cuyos estatutos él mismo había redactado un año antes y cuyo rectorado asumió gozoso, siendo reelegido mientras vivió. El discurso pronunciado por Andrés Bello en aquella oportunidad ofrece un compendio de sus concepciones pedagógicas y una guía para la orientación de los estudios superiores.

     Del mismo modo, la publicación de sus inmensos estudios gramaticales sobre la lengua castellana iniciados en Reino Unido debieron de ser una ocasión de júbilo, que tuvo su punto álgido con la Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, publicada en Chile en abril de 1847. Llegado a este punto de su carrera, Bello siguió investigando, escribiendo y publicando obras de gran interés científico y práctico: Principios de derecho de gentes (1832) es la primera obra que publica en Chile, y que después retomará, ampliará y transformará, en 1844, en un ya clásico Principios de derecho internacional.


  Andrés Bello

             Siguieron a esta obra los Principios de ortología y métrica, en 1835; en 1841, el poema El incendio de la Compañía, considerado en Chile como la primera manifestación local del romanticismo; una Gramática latina, en 1846; una Cosmografía, en 1848; una Historia de la literatura, en 1850, y en 1852, veintidós años después de haber iniciado su redacción en compañía de Juan Egaña, la culminación de la que es sin duda su obra más titánica, verdadero resumen de su concepción del estado liberal, cuya implantación propugnaba en toda América: el Código Civil de la República de Chile, que el Congreso chileno aprobó en 1855.

           A estos textos hay que agregar una Filosofía del entendimiento, publicada póstumamente en 1881. En su lecho de agonía, encendido en fiebre, Bello musitaba palabras incomprensibles. Los que se inclinaban a recogerlas pudieron descifrar algunas: en su última hora, recitaba en latín los versos del encuentro de Dido y Eneas, de la Eneida.

Obras de Andrés Bello

          En la primera mitad del siglo XIX, cuando el período colonial va camino de su definitivo eclipse, surgen tres figuras imprescindibles en la historia de la formación de la nacionalidad venezolana: Simón Rodríguez, Andrés Bello y Simón Bolívar. Si bien es cierto que este último, además de notable escritor, fue el principal responsable de la independencia política del país, los dos primeros lo fueron de su independencia espiritual. La figura de Andrés Bello resulta menos "familiar" que la de Simón Rodríguez, y esta distancia quizás se deba a esa suerte de nicho donde lo ha colocado la cultura oficial venezolana. Sin embargo, es imposible restarle méritos a la obra de este insigne humanista.

         Excelente poeta, filólogo ilustre, erudito estimable, diplomático discreto, político ponderado y pensador singular, Andrés Bello representó la aspiración a la independencia cultural de Hispanoamérica y fue un polígrafo incansable: sus obras completas abarcan veinte tomos. Ya se ha reseñado la extraordinaria labor cívica que desempeñó en Chile, donde residió desde 1829 hasta su muerte: entre otras cosas, redactó el Código Civil de esta nación y fundó la Universidad de Santiago.

           En esta ciudad publicó su importante Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847), un trabajo sobre el que giraron las más importantes polémicas sobre el castellano de América a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Otra de sus piezas brillantes, digna de una atenta relectura, es su discurso de apertura de la Universidad de Chile. En cuanto al estilo, es uno de los momentos más altos de su prosa y, además, demuestra que ninguna rama del conocimiento era ajena a su saber.

Obras poéticas

           Como poeta, la valoración actual de su obra le otorga una importancia más documental que literaria. Andrés Bello poseía una extensa erudición poética, amén de un minucioso conocimiento del oficio, pero carecía del don creador. En el fondo (y a pesar de que, como dice Mariano Picón Salas, fue romántico a ratos), Bello nunca pudo salir del molde del neoclasicismo en el que se había formado, y es antes un diestro versificador que un verdadero poeta. Su extensa e inacabada Silva a la agricultura de la zona tórrida (fruto de su estancia en Londres entre 1810 y 1829) es una palpable muestra de pasión americanista.

           Un modo natural de clasificar los poemas de Andrés Bello es separar las poesías originales de las traducciones o imitaciones. Así, en un grupo encontramos poemas de imitación, traducidos o versionados, como Los Djinns, La tristeza de Olimpio, Oración para todos, Moisés salvado de las aguas y Fantasmas, bajo la influencia de Víctor Hugo. Se le debe asimismo una traducción en verso del Orlando enamorado. Como filólogo, Andrés Bello se aplicó al remozamiento del Poema del Cid, trabajo que dejó inconcluso. Comenzada en 1823, su versión del Poema del Cid o Gesta de mío Cid constituye una obra maestra de erudición y buen gusto, siendo quizás la que más ha contribuido a difundir su nombre.

         La parte original de su producción la constituyen piezas como Al campo y El proscrito. Al campo es una especie de égloga. En El proscrito, Bello mezcla el humor con la poesía: el caballero Azagra, descendiente de guerreros, anda aquí en gresca, como un nuevo Sócrates, con una moderna Xantipa. Sus dos poemas más importantes son Alocución a la Poesía (1823) y Silva a la agricultura de la zona tórrida (1826). Ambos fueron publicados en las revistas londinenses que editaba Bello: la Biblioteca Americana y el Repertorio Americano, respectivamente.

         Alocución a la Poesía (1823) viene a ser, con sus dos silvas, la obra más sobresaliente de Andrés Bello. En la primera silva, el autor invita a la Poesía a abandonar Europa por el prodigioso mundo descubierto por Colón, y el poeta alaba las grandiosas bellezas de la naturaleza americana. Después, Bello celebra las hazañas bélicas de la guerra de la independencia. En la Silva a la agricultura de la zona tórrida (1826) exhorta a los americanos a la paz, aconsejándoles trocar las armas por los útiles del labrador. Un estilo rico, de gran colorido, caracteriza en general toda su producción.

Obras filológicas

Pero quizás la de filólogo haya quedado como la faceta más perdurable de la personalidad de Bello. Ya se ha aludido a su reconstrucción del Poema del Cid; es preciso reseñar ahora su obra Principios de ortología y métrica de la lengua castellana, publicada en Santiago de Chile en 1835. La primera parte, la ortología, en la que analiza las bases prosódicas del español y los vicios habituales de pronunciación, especialmente los de Hispanoamérica, se considera hoy envejecida ante los modernos estudios de fonética, que han renovado totalmente esta disciplina.

Pero la métrica, que es la obra de un erudito y de un poeta, sigue teniendo plena actualidad. Frente a Hermosilla y Sicilia, que representaban el criterio neoclásico que quería a todo trance ver en el verso castellano la sucesión de sílabas largas y breves (es decir, un remedo de los pies griegos y latinos), Andrés Bello planteó los verdaderos fundamentos del verso castellano: "Después de haber leído con atención -dice- no poco de lo que se ha escrito sobre esta materia, me decidí por la opinión que me pareció tener más claramente a su favor el testimonio del oído".

Bello se basó en el oído y, también, en la práctica de los buenos poetas. Y así como deslatinizó la gramática castellana para analizar el verdadero sistema gramatical de su lengua, desterró de la métrica castellana (como señaló Pedro Henríquez Ureña) el fantasma de la cantidad silábica que había dominado todo el siglo XVIII. Los estudios de Bello pusieron el verso castellano sobre sus bases silábicas y acentuales.

La Real Academia Española, que había nombrado a Bello miembro honorario en 1851, aceptó sus principios en acuerdo del 27 de junio de 1852 y le pidió permiso para adoptar su obra, reservándose el derecho de anotarla y corregirla. De mayor importancia es aún su Gramática de la lengua castellana (1847), obra renovadora, de sencillez revolucionaria, impregnada del buen sentido y de la intuición genial que caracterizó la vida y la obra de aquel hombre sencillo e ilustre.

Obras filosóficas y jurídicas

La Filosofía del entendimiento fue publicada póstumamente como primero de los quince tomos de las Obras completas de don Andrés Bello, edición patrocinada por Chile que vio la luz a partir de 1881. Por las partes de esta obra aparecidas a partir de 1843 en la revista El Araucano, consta que Bello estaba en posesión de sus ideas básicas sobre filosofía desde esa época. Pensada como libro de texto, pero elaborada de forma innovadora, tiene como objeto de investigación un campo mucho más amplio que el mero entendimiento humano, puesto que en él incluye hasta la metafísica.

De primera formación escotista, con tendencias a la ciencia fisicomatemática, que predominaba cuando Bello estudió en Caracas (1797), y de matiz sensista, a lo Condillac, tendencia entonces dominante aun entre los religiosos, Bello acentuó cada vez más sus preferencias por el idealismo estilo Berkeley, impregnado de un espiritualismo muy a lo Cousin. De la formación inicial en las ideas de Escoto guardó, aparte de la separación reverente de fe y razón, la afición y cultivo de la gramática lógica pura y de la lógica matemática, que se hallan en la segunda parte de Filosofía del Entendimiento y que son cronológicamente independientes de los ensayos primeros en lógica matemática de George Boole. La obra mereció grandes elogios de Marcelino Menéndez Pelayo, quien en 1911 la juzgaría "la más importante que en su género posee la literatura americana".

En el plano jurídico, los Principios de derecho de gentes (1832) de Andrés Bello ilustran su condición de jurista preparado y capaz, de reputado político e internacionalista que desempeña importantes cargos públicos en Chile y cuyos servicios son solicitados por los Estados Unidos para un arbitraje en cuestión de límites, y también por Perú y Colombia. Más influyente sería aún su labor como redactor del Código Civil chileno de 1852, cuerpo jurídico promulgado en 1855 que reglamenta las relaciones de la vida privada entre las personas. En vigencia desde 1857, fue un código modelo para diferentes naciones sudamericanas, y no necesitó de una primeras reformas hasta 1884.

En 1840, 1841 y 1845 se habían nombrado comisiones encargadas de redactar un proyecto de Código Civil, pero indefectiblemente habían terminado sucumbiendo ante la magnitud de la empresa y disolviéndose sin lograr resultado alguno. Andrés Bello, miembro de la última, prosiguió por sí solo dicho trabajo, hasta que, concluido, pudo presentarlo en 1852 al gobierno, el cual ordenó su impresión y nombró una comisión revisora presidida por el propio presidente, Manuel Montt. Cumplida esta tarea, el proyecto fue enviado para su aprobación al Congreso Nacional. El 14 de diciembre de 1855 se promulgaba como ley de la República para comenzar a regir el 1 de enero de 1857.

El nuevo código armonizó sabiamente el antiguo derecho de Roma y de España con los nuevos principios de la Revolución Francesa recogidos en el Código Napoleónico. A diferencia de las excentricidades que cometían algunos gobiernos de la región, como el de Andrés Santa Cruz, que en su tiempo había dispuesto la traducción y promulgación del Código Napoleónico para Bolivia, Andrés Bello supo adaptar a la realidad cultural americana la tradición jurídica europea. Por esta razón fue adoptado como propio por otros gobiernos americanos, y en Chile se encuentra aún vigente, aunque, obviamente, con cambios significativos.


8/10/2018

EL GRAN SIMÓN DIAZ




          Su nombre Simón Narciso Díaz Márquez. El más célebre músico, compositor e intérprete del género popular venezolano. Conocido mayormente por el rescate de la Tonada Llanera. Su padre fue el maestro Juan y su madre Doña María, tuvieron 8 hijos y Simón vivió desde pequeño inmerso en la música donde su padre le enseñó lo básico y en la vida típica del campo. Comenzó su carrera improvisando coplas y tonadas que escuchaba de los artistas locales. Su padre tocaba el cornetín en la banda del pueblo, y lo animó a aprender a tocar el cuatro y a componer y cantar boleros. A los 12 años murió su padre y le tocó ayudar a la familia. En aquel entonces dedicó buena parte de su tiempo a vender dulces, empanadas y otras comidas preparadas por su mamá para sostener a sus siete hermanos.

          Simón Díaz nació el 8 de agosto de 1928 en Barbacoas, estado Aragua. Simón Díaz rescató para Venezuela la tonada de ordeño, la popularizó y la interpretó en importantes escenarios a nivel nacional e internacional; entre las más famosas se encuentran: Tonada de Luna Llena y La Tonada del Cabestrero.

          Simón Díaz nació y se crió en el pueblo ganadero de Barbacoas, en un ambiente de música y tradición de llano. En 1940, tras la muerte de su padre –quien lo había animado a tocar cuatro y componer–, se traslada con su madre y sus siete hermanos para San Juan de los Morros; a sus 15 años ya trabajaba en una orquesta y como actor humorístico. En 1949 se residencia en Caracas, donde asiste a la Escuela Superior de Música. Muy pronto incursiona en la radio, y ya para mediados de la década de los cincuenta su programa El Llanero era conocido en todo el país. Por esos años decide rescatar y componer tonadas.

          En 1961 se casa con Betty García, quien será su compañera inseparable. A partir de 1963 realiza colaboraciones con el compositor Hugo Blanco. Su carrera en la televisión se inicia con La Quinta de Simón, seguida del programa de humor El Show de Joselo y Simón –junto a su hermano Joselo Díaz–; y el programa que toda Venezuela hizo propio a lo largo de las década de los 80, Contesta por Tío Simón. Y así se quedó, a partir de entonces los venezolanos lo adoptamos como el Tío Simón. Ícono venezolano, querido y respetado, Simón Díaz –nuestro querido Tío Simón– muere en Caracas el 19 de febrero de 2014, a sus 85 años.

          Su pasión por el canto y la actuación lo lleva al teatro, el cine y la televisión, todos diseñados para promover la música venezolana, uno de los cuales lo dedicó a la enseñanza de la cultura popular sólo para niños. Este programa estuvo 10 años en el aire, y de esta experiencia Simón Díaz pasó a llamarse "Tío Simón", nombre con el que se le conoce cariñosamente. Díaz grabó su primer álbum como cantante y compositor en 1963 y desde entonces ha grabado muchos otros, en su récord discográfico cuenta con más de 70 producciones musicales. Mantuvo la conducción de un programa diario para la radio por espacio de 25 años, también dedicado al folklore y la música venezolana.

          Son innumerables las actuaciones artísticas que ha realizado a lo largo de su carrera, Así mismo, destacados directores y compositores de la música académica han llevado las tonadas de Simón Díaz al lenguaje de la orquesta sinfónica y arreglos corales, sellando de esta manera el carácter universal de este género musical. “Caballo Viejo” es una de las canciones venezolanas más famosas en el mundo entero, tiene 350 versiones, ha sido traducida a 12 idiomas y ha sido entonada por vocalistas de renombre mundial.Simón Diaz
Simón Díaz
          
          Recibió los premios más importantes que otorga su país en materia musical. Fue distinguido con la más alta condecoración que otorga el estado venezolano, es decir, la "Orden del Libertador en su Orden de Gran Cordón", constituyéndose en el único artista nacional al que se le haya impuesto dicha distinción. Representó a Venezuela en Francia, Inglaterra, España, Polonia, Hungría, Irak, Estados Unidos, México, Panamá, Puerto Rico, Ecuador, Chile, Brasil, Cuba y Colombia.

          La cadena de televisión A&E Mundo produjo un documental en su espacio “Biography” dedicado a su vida y que se estrenó en el mes de septiembre de 2004. En el año 2008, se hace acreedor del Grammy Latino a la Trayectoria, esta distinción especial es otorgada a individuos que, durante sus carreras musicales, han realizado importantes aportes tal como lo ha hecho el maestro Simón Diaz.

          Comenzó en el ambiente musical trabajando con la Orquesta Siboney de San Juan de los Morros era acomodador de atriles y fue en esa orquesta donde comenzó como cantante tenía menos de 18 años. Simón tenía 12 años cuando murió su padre esa circunstancia lo obligó a asumir la jefatura de la familia, a los 20 años decidió buscar mejor suerte en Caracas.
  
          En la capital se ganó la vida como vendedor y como cobrador, su pasión por la música lo llevó a la escuela del maestro Vicente Emilio Sojo. Comenzó a sentir querencia por su llano y en 1954 compuso Tonada del Cabrestero, fue la primera de una serie de tonadas. Simón popularizó la tonada y las tonadas popularizaron a Simón.

          Simón deja más de 70 producciones discográficas, por ese trabajo que hace años traspasó la frontera nacional el 12 de noviembre de 2008 recibió un Grammy, reservado a los artistas que han dado gran aporte a la producción musical.

        En declaraciones a Leonardo Padrón, para su programa los imposibles Simón reconocía que era un valor nacional aunque hacía la siguiente reflexión: “Mira no le tengo miedo a nadie una de las cosas que yo amo más bien a Dios es a quien más amo en el mundo y creo en él y él me ha cuidado tanto tan bellamente y soy un enamorado de Dios, no tengo ningún miedo del mundo entero, lo siento”.

           Se fue el Tío Simón pero nos dejó su legado musical que será como un Lucero de la Mañana. En el programa Los Imposibles también dijo: “Y la última vez que compuse que te voy a cantar un pedacito es: Déjame que te cante Venezuela, y si quiere mi voz un día marcharse, fíjate el día en que me muera, y si quiere mi voz un día marcharse, que no me quite Dios poder cantarte, déjame que te cante Venezuela, esa es la última canción que compuse”.



7/25/2018

Simón José Antonio Bolívar y Palacios




Nació en Caracas el 24 de julio de 1783, en el seno de una familia de ricos criollos, los Bolívar y Ponte-Palacios y Blanco. Estudió de manera no convencional con maestros como el escritor y político venezolano Andrés Bello y el filósofo y educador también venezolano Simón Rodríguez, si bien fue este último quien en su etapa caraqueña contribuyó en más alto grado a forjar la personalidad de Bolívar. También se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa.

En 1797 comenzó su instrucción militar en el Regimiento de Milicias de Voluntarios Blancos de los Valles de Aragua, al tiempo que continuaba sus estudios de matemáticas, dibujo topográfico, geografía y física, entre otras materias, bajo la tutela de fray Francisco de Andújar. Dos años más tarde, a los dieciséis de edad, marchó a España, en cuya capital prosiguió sus estudios y conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, con quien se casó en 1802 y a la que perdió al año siguiente, ya en Venezuela.

Descendiente de una familia de origen vasco que se hallaba establecida en Venezuela desde fines del siglo XVI, y ocupaba en la Provincia una destacada posición económica y social, Simón Bolívar nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783. Sus padres fueron el Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña Concepción Palacios Blanco. Tenía tres hermanos mayores que él -María Antonia, Juana y Juan Vicente- y hubo otra niña, María del Carmen, que murió al nacer. Antes de cumplir tres años, Simón perdió a su padre, fallecido en enero de 1786. La educación de los niños corrió a cargo de la madre, mujer de fina sensibilidad, pero también capaz de administrar los cuantiosos bienes que poseía la familia. Además de la herencia paterna, Simón era titular de un rico mayorazgo, instituido para él en 1785 por el Presbítero Juan Félix Jérez y Aristaguieta.

La independencia
Después de numerosas batallas, tiene que huir a Jamaica, en donde escribe su "Carta de Jamaica". En 1817, regresa a Venezuela. Dos años más tarde, en 1819 se crea el congreso de Angostura en donde funda la Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador) y es nombrado presidente. En Agosto logra la independencia de Colombia en la batalla de Boyacá, el 7 de Agosto, y después de 2 años de luchas, la independencia de Venezuela se consolida con la Batalla de Carabobo, el 24 de Junio de 1821.

Posteriormente, en Agosto, gana la Batalla de Boyacá. Después de que Sucre ganara la batalla de Pichincha, en 1822, y liberara el norte de Sur América, Bolívar cruza los Andes para liberar Perú, lo cual logra con Sucre en la Batalla de Junín, el 6 de Agosto de 1824.

La invasión de Napoleón a la península Ibérica en 1808 quita del trono español al rey Carlos IV y coloca a José Napoleón, hermano del emperador.

Este hecho además de las ideas de libertad de la Independencia de Estados Unidos de América y la Revolución Francesa, hizo que el resto del continente americano entendiera que era el momento de la independencia.

En 1808 se inicia en Méjico la lucha contra la dominación española con el Grito de Dolores lidereado por el cura Miguel Hidalgo y Castilla.

1er. República Venezolana

El 19 de abril de 1810, los miembros del Cabildo de Caracas dieron un golpe de estado al entonces Capitán general de Venezuela en un acto que se conoce como "La firma del Acta de Independencia".

La junta expulsó a los funcionarios españoles y los embarcó rumbo a España.

Las autoridades españolas dispusieron el bloqueo inmediato de las costas de Venezuela. El gobierno inglés, en guerra con Napoleón, dirige una flota a las costas de Venezuela para neutralizar la acción española.

Bolívar fue enviado a Inglaterra con el grado de Coronel en una misión diplomática con instrucciones de solicitar apoyo inglés. Ya en Londres y ante la negativa británica de apoyar con suministros a Venezuela, conoce a Francisco Miranda, un militar venezolano cosmopolita cuyas ideas independentistas y progresistas impactaron profundamente en Bolivar.

En París tomó contacto con las ideas de la Revolución Francesa, conoció personalmente a Napoleón Bonaparte y al científico alemán Alejandro Von Humboldt.

Ya en Venezuela Bolivar hizo gestiones para traer a Miranda quien llegó el 10 de diciembre de 1810. Miranda fué nombrado Teniente General por la Junta Suprema Venezolana.

El 5 de julio de 1811 se presenta la Declaración de Independencia en Caracas.

1er. Campaña Militar

El 13 de Agosto de 1811 el ejército de Miranda logra una victoria militar en uno de los puntos sublevados donde Bolivar tuvo una actuación destacada y es ascendido a Teniente Coronel.

Entonces Bolivar es nombrado comandante de Puerto Cabello donde por su inexperiencia en el manejo de situaciones defensivas y deserción de tropas, pierde este importante y estratégico puesto militar a manos de tropas leales a España también conocidas como realistas.

Esa derrota, y el terremoto de 26 de Marzo de 1812 en Caracas, debilitó a los independentistas y por órdenes del Congreso, Miranda se rinde el 26 de Julio. Venezuela volvió a ser colonia española otra vez.

Bolívar se enemistó con Miranda y participó en su arresto, poco después tuvo que huir hacia Curazao y luego a Cartagena de Indias en la hoy Colombia.

2da. Campaña Militar

A la cabeza de un pequeño ejército, limpia de enemigos los márgenes del río Magdalena en Colombia, toma en febrero de 1813 la Villa de Cúcuta e inicia en mayo la liberación de Venezuela.

En sólo tres meses, el 6 de agosto, llega a Caracas venciendo todo a su paso desde la frontera. Esta campaña militar se conoce como la Campaña Admirable.

Guerra a Muerte

El 15 de junio en la ciudad de Trujilo, presenta el Decreto de Guerra a Muerte. Este fue la respuesta de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por los realistas luego de la caída de la Primera República.Sus palabras fueron: “nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte”, es la más patente expresión de la necesidad de combatir al enemigo con las mismas armas y crueldad con que el enemigo los enfrentaba.

La matanza de los republicanos por parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos a la causa monárquica. «...Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables» fueron palabras de Bolivar.

En Octubre de 1813, el Municipio y el pueblo de Caracas le otrogan el título de "El Libertador".

En el período 1813-1814 los combates y batallas entre los bandos rivales, se suceden con gran rapidez. Unos indecisos, otros fracasos y otros triunfos. Finalmente los realistas le derrotan en la Puerta, en junio de 1814. Los republicanos sufren otra derrota en Aragua de Barcelona.

Bolívar se vé obligado a huir por 2da. vez hacia la colonia británica de Jamaica donde redacta su famosa "Carta de Jamaica" donde reflexiona sobre la situación de Venezuela y el futuro de toda América ante la situación de la política mundial del momento.Luego de un intento de asesinato en Jamaica, el Libertador se dirige a la República de Haití, donde obtiene generoso apoyo del Presidente Alejandro Petión. Gracias a él, obtiene ayuda y forma una expedición que llega a la isla Margarita, y luego a territorio continental venezolano. En esos lugares proclama la emancipación de los esclavos.

Al ver la posibilidad de caer prisionero por sus enemigos se refugia nuevamente en Haití, donde Petión le ayuda y logra a fines de 1816 volver a Margarita y pasar de allí a Barcelona, en enero de 1817.

3er. Campaña Militar

En junio, la ciudad de Angostura (hoy ciudad Bolívar), cae en poder de los patriotas. Allí se organiza el gobierno con Bolívar como Jefe Supremo. En octubre de 1817 se produce el fusilamiento del general Piar, condenado a muerte por un Consejo de Guerra.

A mediados de 1819 el ejército republicano, con Bolívar a la cabeza, atraviesa los Andes, derrota el ejército realista de la Nueva Granada en el Pantano de Vargas y en Boyacá, y entra triunfante en la ciudad de Bogotá en la hoy Colombia.

En diciembre de 1819, a instancias de Bolívar, el Congreso de Angostura crea la República de Colombia, que comprendía a las actuales naciones de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador. La Gran Colombia fue el estado existente entre 1819 y 1831 creado por Simón Bolívar y formalizado en el Congreso de Angostura (17 de diciembre de 1819).

Mediante esta Ley Fundamental de Colombia, «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia». El proyecto terminó siendo un fracaso.

El 27 de Noviembre de 1820 en el pueblo de Santa Ana en Venezuela se hace un intento de Paz entre patriotas y realistas pero resulta un fracaso.

El 24 de junio 1821 se da en la sabana de Carabobo en Venezuela, la batalla decisiva para la independencia, Bolivar es recibido triunfante en Caracas. La independencia fué completada, en 1823, por la batalla naval del Lago de Maracaibo.

El 1 de Diciembre de 1821, se produce formalmente en Santo Domingo la 1er. Independencia Dominicana promulgada por José Nuñez de Cáceres. Temiendo represalias de España y de Haití, el gobierno envía una comisión a Venezuela para solicitar a Bolivar la protección de la Gran Colombia. La primera independencia Dominicana terminó el 9 de Febrero de 1822 con la invasión haitiana.

El grueso de las tropas españolas están ahora asentadas en el Ecuador.

En 1822, el general Sucre marcha hacia Quito la capital desde Guayaquil, que se había sublevado antes contra los realistas, mientras Bolívar ataca desde Popayán por el norte.La batalla de Bomboná, dada por Bolívar en abril de aquel año, derrota la resistencia de los realistas. Por otro lado, en Pichincha, Sucre gana la batalla del 24 de mayo, dando la libertad definitiva al Ecuador.

Bolívar entra semanas después en Quito, donde halla el gran amor de su edad madura, la quiteña Manuela Saénz. Esta mujer salvó la vida del Libertador en varias ocasiones.

El día 25 de Julio de 1822 se reunen en Guayaquil Simón Bolívar y el general José de San Martín, procedente del Perú que había derrotado a los españoles en Argentina y Chile. Lo tratado en esa reunión nunca se ha sabido.

En 1823 un potente ejército realista amenaza con destruir la independencia del Perú. Bolívar desembarca en El Callao en septiembre de 1823, y pasa de inmediato a Lima. En agosto de 1824, un tremendo choque de caballería le da la victoria a Bolívar y luego en diciembre, la batalla de Ayacucho, ganada por el más destacado de los generales del Ejército Republicano, Antonio José de Sucre, pone fin a la Guerra de Independencia. Perú es libre.

En 1825 apoyadas por Bolivar, las provincias peruanas de Arequipa, el Cuzco y el Alto Perú se constituyen en una nación independiente conocida como Bolivia.

A partir de este momento la vida de Bolivar entra en una convulsionada etapa política que lo llevarían a intentos de asesinato, acusaciones de dictadura, controversias, amenazas de guerra civil, etc...

Simón Bolivar muere de tuberculosis y con 47 años, el 17 de diciembre de 1830 en Santa Marta Colombia. Más tarde sus restos fueron trasladados a Venezuela.

7/13/2018

José María Vargas


          Fue médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas, además de político, escritor y presidente de Venezuela. Su presidencia es recordada como la primera ejercida por un civil y opositor al gobierno anterior. En ese sentido se aspiró a reforzar la institucionalidad del país a través de un hombre no proveniente del mundo militar.Hijo de José Antonio de Vargas Machuca y Ana Teresa Ponce. En 1798, ingresó en la Universidad Real y Pontificia de Caracas, graduándose de bachiller en filosofía el 11 de julio de 1803. Obtuvo sus grados de bachiller, licenciado y doctor en medicina en el año de 1808.



                                      La presidencia de José María Vargas
          En las elecciones de 1834, que acabarían dando la presidencia a José María Vargas, se perfilaron cinco candidatos, tres de ellos militares, los generales Carlos Soublette (propuesto por José Antonio Páez), Santiago Mariño y Bartolome Salom, y dos civiles, Diego Bautista Urbaneja y el propio Vargas. El doctor José María Vargas contaba con el apoyo de diversos sectores civiles (universitarios, agricultores y propietarios) que querían aprovecharse de la división existente entre los militares para aupar una alternativa civilista. Los seguidores de Mariño se oponían violentamente a esta candidatura y reclamaban el derecho exclusivo que tenían los militares para gobernar el país.
Pese a esta tenaz oposición, Vargas resultó elegido, y en febrero de 1835 sustituyó a José Antonio Páez, quien le entregó el poder. Vargas inició su mandato actuando como si tuviese una base estable y tratando de perfeccionar el gobierno dotándolo de un cuerpo legal adecuado. Creía contar con sólidos apoyos, pero muy pronto constataría que la realidad era otra. Los militares que se habían opuesto a su candidatura comenzaron a conspirar y urdieron la llamada Revolución de las Reformas (julio de 1835), al frente de la cual estaban los militares Santiago Mariño, Pedro Briceño Méndez y Pedro Carujo. Este movimiento logró derrocar al doctor Vargas, que fue expulsado del país junto con el vicepresidente, el doctor Andrés Narvarte.

          Jose Antonio Paez, a quien el depuesto gobernante había nombrado jefe del ejército constitucional, desdeñó la oferta de mando que le hizo Mariño y abandonó su retiro bucólico para defender al presidente constitucional. Reunió a sus múltiples partidarios armados, debeló la insurrección y devolvió el poder al legítimo presidente. El militarismo recalcitrante, basado en el ejército permanente, nada pudo contra el carisma del caudillo Páez, quien apoyado por las elites civiles y por las milicias urbanas y rurales acabó con la Revolución de las Reformas.
          Sofocada la revuelta, Vargas regresó a Venezuela y asumió de nuevo el poder. Sin embargo, hostilizado otra vez por el Congreso, Vargas sintió que no tenía el verdadero apoyo de Páez, en quien percibía una actitud reticente e indiferente, y finalmente renunció ante el Congreso de forma irrevocable en mayo de 1836.